No hagas a otros lo que no quieras que te hagan.
No pases por alto la maldad ni te acobardes al administrar justicia, pero disponte siempre a perdonar el mal hecho si media el arrepentimiento.
Prueba todas las cosas: revisa tus ideas frente a los hechos y prepárate para descartar incluso las creencias más arraigadas.
Respeta el derecho de los demás a estar en desacuerdo contigo.
Fórmate opiniones independientes basadas en tu razón y en tu experiencia: no permitas ser manejado.
Cuestiónalo todo.
Disfruta de tu vida sexual (en tanto no hagas daño a nadie) y deja a los demás que disfruten de la suya.
No adoctrines a tus hijos. Enséñales cómo pensar por sí mismos y cómo estar en desacuerdo contigo.
prO
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